divendres, 30 d’octubre del 2009

El juicio

Contra el mal se pueden utilizar métodos inicuos

Inicuo - injusto, malvado, cruel,...

Lisbeth Salander no puede sino aprovechar sus dotes para la violencia y la supervivencia. Si yo los tuviera y supiera utilizarlos con tanta seguridad, evitaría el debate moral con el que ahora mismo me enfrento.

Lo absurdo del asunto es precisamente hablar sobre la ética de los actos de la víctima, al malo malote se le presupone la indecencia y por lo tanto se le borran todas las responsabilidades.
Aún y siendo el topicazo de joven huérfana rebelde y maltratada por la vida, además de rarita, antisocial y silenciosa - aún y con todas estas justificaciones tan poco sutiles -, Lisbeth no se salva del juicio final.

Me siento muy insegura de mis convicciones
Aunque convencida de que las traicionaría si defendiera un acto violento y cruel, también puedo asegurar que si fuese yo quién hubiera sufrido todas esas humillaciones, vejaciones y chantajes, envidiaría la capacidad de Lisbeth para la autodefensa. Una venganza como la suya no me parecería inicua (ni injusta, ni malvada, ni cruel,..), quizá solo imprudente. También un acto de justicia, un favor para la comunidad, una reivindicación de respeto a la mujer.

Lisbeth sólo conoce una forma de arreglar las cosas. Su discreción y profesionalidad son las que consiguen tapar sus ataques digamos, poco sutiles. Su inteligencia, por encima de todo, es la que evita exponerla al castigo de la sociedad, que inicuamente, la torturaría mucho más que su propio tutor.
También gracias a su inteligencia conoce la realidad...y esta es mi veredicto final, lo que no me hace dudar de mi convicción - al menos en este asunto en particular -

el debate no es entorno a los límites de la ley ni de la violencia, sino en como debería funcionar la justícia; y Lisbeth sabe que no funciona, al menos no como debería funcionar para castigar como se merece a su agresor.